Desde que era pequeño tuve muy claro que quería ser profesor, así que lo primero que hice en el año 2011 cuando terminé la carrera fue matricularme en el máster de profesorado en la Universidad de Granada. Mi plan para ser profesor, que yo tenía muy claro, no contaba con un pequeño obstáculo… La crisis económica.
Cuando terminé el máster en junio de 2012 empecé a trazar el plan de estudio de cara a las oposiciones de 2014. Pero la crisis económica derivada del boom inmobiliario hizo que no se convocaran las oposiciones hasta el año 2016, por lo que tuve que “buscarme la vida” y ganar experiencia en otros sectores. Durante este tiempo trabajé principalmente en el sector bancario, en distintas oficinas de BBVA y en los servicios centrales de la antigua Caja Granada (Banco Mare Nostrum luego Bankia y actualmente Caixa Bank) a través de Accenture.
Aunque no era lo que tenía planeado, me inicié en la docencia en la enseñanza privada durante los dos años y medio previos a opositar. Esta experiencia, que incluyó también trabajar en un internado escolar durante de verano, me hicieron ver que definitivamente me quería dedicar a la docencia y que iba a darlo todo por conseguirlo.
Así que en el año 2015 inicio una dura preparación hacia las oposiciones. Mi hermano opositó y obtuvo plaza en el año 2004 y me había dado el temario con el que se preparó en una famosa academia de Málaga junto a otro temario que había elaborado con un grupo de opositores. Aunque el temario era muy técnico, no terminaba de convencerme porque no estaba actualizado… Hay materias en las que los temas no cambian con el paso del tiempo, pero en la nuestra es fundamental estar al día: Las políticas de empleo, los tipos de interés o las actuaciones del Banco Central Europeo cambian constantemente, y no me valía de nada un temario con 10 años de antigüedad si quería sacarme la plaza. Así decidí apuntarme a otra famosa academia de mi ciudad para mejorar los materiales que ya tenía.
Pero poco duró mi andadura en la academia… el temario que me daban era el mismo que el que le dieron a mi hermano en su academia de Málaga y que yo consideraba desactualizado, y que además era textualmente el famoso manual de F. Mochón “Economía: Teoría y política” del que yo tenía dos ediciones distintas en casa. Así que después de unos meses decidí dejar la academia y elaborar mi propio temario con todos los materiales de los que ya disponía pero actualizando todos los temas con todas las novedades que iban saliendo día a día.
Fueron unos meses muy duros, trabajando y estudiando a la vez. La preparación de mis propios materiales me quitaba mucho tiempo, pero me ayudó a interiorizar muy bien todo lo que estudiaba. Casi sin darme cuenta llegó el día del primer examen y al ver los temas que salieron no me lo podía creer… Aunque llevaba un 92% de probabilidades de que me saliera un tema ¡no me salió ninguno! Así que escogí el tema 18 “La intervención del Estado en la economía” y me puse a elaborarlo con todos los conocimientos que tenía. Yo me había preparado mis propios temas hasta el 17 y a partir del 20, por lo que elaboré un tema muy sólido… ¡Tanto que me pusieron un 9,2! Aunque salí muy contento no me esperaba tanta nota, que junto con la nota del práctico me situaba en el número 2 de la carrera por la plaza.
Con el subidón del primer examen, me tocó exponer la programación y la UD el primer día, lo cuál no fue un problema porque la motivación que tenía me salía por los codos y tenía muchas ganas de demostrarle al tribunal todo lo que llevaba dentro. Los resultados fueron excelentes: Mejor nota del tribunal, con más de 1 punto de diferencia con el segundo, lo que me situaba como el número 1 del tribunal. Aunque no tenía muchos puntos de baremo, sacar la mejor nota del tribunal fue suficiente para obtener una de las 12 plazas que se repartían en mi tribunal.
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